Las palabras no se me dan
Dejaré el oficio nunca adquirido antes de que sea demasiado tarde
Antes de cualquier arrepentimiento
Antes de mañana
Antes de hoy
No vaya a ser que el error me delate ante el tribunal de mis ojos
o ante mi oído despierto.
Ahora todavía es tiempo
Nadie sabe de mí, ni de mi tinta
Nadie me escucha porque siempre hablo para adentro
Siempre para mí y en voz quedita
quedita para que yo tampoco escuche
Nadie notará mi atrevimiento porque nunca me atreví
y no pienso hacerlo.
Es mejor quedarse quieta en la esquina
Mirando como camina todo
Mirando como la actualidad se aleja de cualquier posible proyección.
Eso es
Me pondré detrás de toda obscuridad
Y esperaré el nacimiento de la nueva luz que ilumine el camino
Para conducirme serenamente al alzamiento ligero.