11.22.2017

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Nos confunde la actitud discreta de la muerte.
Al ir muriendo uno a uno,
Como si cada partícula de un rayo de luz,
cada hoja de un árbol
o cada ladrillo de una casa
se fuera desintegrando por su cuenta,
olvidamos que todo está muriendo.

Similar contención
ocurre con la sombra que avanza,
la sequía que crece,
las ruinas que flanquean los caminos
y los cementerios que aumentan lenatmente,
empujando en silencio a los que pasan.

Así destendemos el proyecto global,
aunque a veces desaparezcan ciertos rostros
o nos desconcierte alguna quiebra
en la secuencia acostumbrada.

La vida es una situación sin aviso previo.
La muerte trae en cambio una ambigua proclama,
mimetizada en sutiles geografías,
confundida entre discursos y cortejos.

Es necesario entonces desbartar ese mensaje
y oponerle una neta advertencia.
Debe decir tan sólo: Aquí morimos.
Aquí morimos todos juntos,
a pesar del orden o el desorden
de morir falsamente uno por uno.

Roberto Juarroz

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