Hace meses que no te reconozco, será porque no se reconoce lo no conocido.
Hace tiempo que los nombres se borran de la mente y pocos rostros son los que realmente se distinguen. No hay cartas en espera de encontrar destino y menos, versos para saludar la distancia.
He revisado mis pendientes y en ninguno te encuentro.
Me he posado sobre la hoja vacía y la tinta de tan vieja: yace seca.
No hay a quién escribir, parece que todos se han ido.
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