Fuimos a caminar entre los cerros, buscabamos el río y en la busqueda nos topamos con muchos tipos de arboles; todos ellos hermosos, unos pequeños y otros enormes. Todo estaba lleno de vegetación, todo expresaba un modo de vida distinto al que yo conocía. Todo me impresionó. La inmensidad de los cerros, los viejos arboles, las grandes piedras, la fuerza del río, los ruidos del viento, los sonidos de los insectos, el vuelo de las aves: todo, todo me hacía sentir pequeña y frágil, pero al mismo tiempo me sentía fuerte y grande, porque estaba siendo parte de algo tan inmenso y maravilloso.
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