La noche está fresca, como para tirarse en la plaza y sentir la ligereza del viento. Podríamos salir a dar un paseo, mirar la ciudad desde la barranca y escuchar esos ruidos que sólo por la noche se escuchan. O bien, podemos sentarnos a tomar café, abrir la ventana y dejar que nos pegue el aire en la cara, mientras hablamos de cualquier cosa, de esas cosas que sólo contigo se pueden hablar.
2 comentarios:
Me gustó tu blog :)
Saludos!
Me da gusto que te guste el blog. Gracias por darte una vuelta por acá.
Saludos!
:)
Publicar un comentario