Sobre el corredor, entre flores y trastos viejos, entre café y cacao: mi infancia pasó. Sobre las piedras que no supe escuchar, corrí detrás de ella para abrazar a él. Ahora mi infancia creció y ellos también; ahora las piedras son ciegas y el corredor vacío.
1 comentario:
no cabe duda que el poder de las palabras radica en quien sabe usarlas.
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